martes, 20 de octubre de 2009

SPIN-OFF

En los tres años que he residido en Sevilla, me han llegado a salir llagas en la boca de tanto repetir la frase “en El Ejido NO se cultivan fresas”. Sólo han pasado treinta días desde que me instalé en esta comarca del norte de Bulgaria y me temo que me queda una lacra de nueve meses equiparable a la confusión Almería - Huelva que se tiene en Andalucía Occidental: se trata de la confusión europea entre España y Latinoamérica.

He hecho un poco de memoria hasta situarme en el año 1997 o 1998. Aquel verano conocimos a unos turistas franceses en Almerimar (¡joder! ¡he tenido que estrujarme bien los sesos para recordar los tiempos en los que Almerimar tenía turismo!), y, hablando con ellos, un servidor le hizo la siguiente pregunta: “¿qué música española conocéis?” La respuesta fue “Ricky Martin”.

Ahora yo -en uno de mis ejercicios de autocrítica preventiva- me paro a pensar en los dos meses que pasé en Brighton. Todavía recuerdo que a uno de mis colegas nunca acabó de quedarle clara la diferencia entre Inglaterra y Estados Unidos (bueno, yo también pensaba que The Killers eran británicos...). Aún así, hasta ahí, lo veo normal: confundir a Ricky Martin o Jeniffer López con artistas españoles, así como mandar al otro lado del charco a Enrique Iglesias, no me preocupa.

Lo que me revuelve las tripas es que se confunda estrepitosamente dos culturas: dos modalidades lingüísticas, dos mundos gastronómicos, un millón de costumbres... Y no deja de sorprenderme aún más que, de tantos países de habla hispana que hay en América (y dejando la música a un lado), sólo se dediquen a mezclar el sombrero mexicano con el flamenco español. Sí señores, señoras y señoritas: desde los Pirineos para arriba, México y España son exactamente el mismo país.

Hace dos domingos hice una tortilla de patatas que, pese a que no le eché los suficientes huevos (me voy a ahorrar el chiste fácil, pero podéis ir riéndoos de mientras) y pese a que el aceite de oliva virgen extra de Grecia está a años luz del de Jaén, mis compañeros David y Anna quedaron encantados. Días después, mientras nos tomábamos unas de esas cervezas de medio litro a ochenta céntimos, hablábamos de cocinar platos típicos de nuestras respectivas tierras. Yo propuse que, por mi parte, lo próximo sería una paella. Anna me sugiere que porqué no hago mejor unos tacos, y yo le respondo “porque soy español, no mexicano” (esta es ahora la frase por la cual tengo agujetas en la mandíbula). Ella, absolutamente convencida, afirma “pero aunque sea un plato de origen mexicano, es muy típico en España”. Yo (flipando) le respondo con un NO rotundo, al que prosigo con un “solo he visto tacos en España una vez que comí en un restaurante mexicano”. La cara de incredulidad de Anna vino acompañada con un “really?”.

Me da la sensación de que hacer cambiar a los europeos la visión “fusionada” de España y México sería tan difícil como querer cambiar esa mitología popular que representa a los piratas con pendientes, garfio y parche en el ojo (¿quién cojones se inventó ese 'look'? Hippie era, eso seguro). Más gastronomía como los burritos o los nachos así como las palabras mariachi o pendejo también son atribuidas a nuestra patria. Ahora yo no sé qué prefiero: que se nos confunda con un país que está a decenas de miles de kilómetros del nuestro, o que sigamos siendo la tierra de las corridas de toros y del flamenco barato.

Si en el anterior post reflexionaba sobre el orgullo patrio, este debería titularse “orgullo patrio herido”. Al final, he optado por usar el término 'spin-off'. Las siguientes líneas van dedicadas tanto a los que no saben qué significa 'spin-off', como a los que sí lo saben pero no entienden el porqué de este título:

Spin-off es un concepto aplicado al sector audiovisual (televisivo, en particular) que inventaron los estadounidenses. Para algunas cosas me meto con los yanquis pero para otras -como en lo que a televisión se refiere- hay que reconocer que son unos genios. Cuando era imposible sacarle más partido a una serie caducada como Cheers, ellos tomaron a uno de sus personajes (mismo actor, mismo papel, diferente contexto) para crear un 'spin-off' titulado Fraiser. Por otro lado, Joey es otro ejemplo de 'spin-off' premeditado desde antes del final definitivo de Friends. En España, el mejor (o único) ejemplo es el de Aída / Siete Vidas.

Yo he extrapolado el concepto 'spin-off' tomando uno de los párrafos de mi último artículo -como si fuera uno de los personajes de una serie- para basar la presente entrada de mi blog. Así, el 'protagonista' de esta nueva historia ha sido la siguiente línea:

<<De todas formas, ¿qué mas da?, si Jennifer López también es española y los burritos y los nachos son platos típicos de nuestra gastronomía. No lo digo yo, lo dicen los europeos. ¡Y yo pensaba que los únicos que confundían Latinoamérica con España eran los yanquis!>>

2 comentarios:

  1. ¿Y no será por tu look Pancho Villa?? ;)
    Mola tu blog, un besazo!!

    Marta (Alcalá).

    ResponderEliminar
  2. Pues el look Pancho Villa ya me lo he quitado para pasar al look "barba medio dejada, pero no..." que es muy mediterraneo xD Osea, que ya no tienen excusa :)
    Un beso, y gracias por hacerte seguidora :)

    ResponderEliminar